Esta frase la oímos casi todos los días. Muchas personas que están en búsqueda de empleo nos comentan con frustración que se inscriben en ofertas en diversos portales de empleo, y ven como su candidatura queda en “proceso” o es descartada, ¡casi inmediatamente!.
En cualquier caso, no consiguen pasar a la entrevista. ¿Qué puede estar pasando? Igual amas las tablas en Word, y te parece que ordena muy bien la información de tu curriculum. No sabes que eso puede ser lo que está perjudicándote…
Las causas pueden ser variadas, pero una de ellas es que nuestro curriculum no esté preparado para pasar por el software AST, que en inglés significa Applicant Tracking System, y en castellano Sistema de seguimiento de candidatos, una tecnología que cada día se utiliza más en selección de personal.
Es un sistema que permite a los reclutadores revisar las solicitudes, enviar mensajes automáticos a los candidatos para informarles de que se ha recibido su información e, incluso, realizar algunos test o pruebas online. Estos sistemas suponen una automatización y reducción del tiempo que se tarda en incorporar a una persona a la empresa desde que se publica la oferta. Para empresas de selección, consultoras o departamentos de Recursos Humanos resulta muy interesante, ya que reduce enormemente el volumen de curriculums a revisar, pero para un candidato o candidata puede suponer ser descartado si el sistema no lee bien su curriculum.
Si enviamos el curriculum a una dirección personal, puede leerlo una persona. Pero si lo enviamos adjunto en una web o portal de empleo, en un formulario (el típico “Trabaja con nosotros”) o en un buzón genérico, puede leerlo en primer lugar una máquina.
¿Cómo funciona? Lo que hace el ATS es rastrear la información de tu curriculum en base a parámetros o palabras clave, lo que se denomina búsqueda semántica. Analizan la estructura sintáctica y semántica de las palabras, para establecer el grado de correspondencia entre el curriculum del candidato y el puesto ofertado.
Saber esto nos puede situar más cerca de la entrevista, ya que podremos corregir nuestro curriculum lo necesario para superar este primer filtro. La cuestión no está tanto en enviar muchos curriculums o ser muy rápido en responder a una oferta, sino en personalizarlo teniendo en cuenta una serie de elementos:
1. Analiza la oferta de empleo. Se realista y autocrítico, ¿tu curriculum encaja en la descripción de la oferta? ¿Tus intereses encajan en los requisitos? Si no es así, no pierdas tu tiempo, no te inscribas. Deja la puerta abierta para otra oferta en la que el reclutador aprecie tu perfil.
2. Reorganiza el contenido de tu curriculum. Si te estás reinventando , si estás construyendo un plan B o si te estás formando, la formación académica es tu mayor activo, dale valor y reubícala antes de la experiencia. Si eres estudiante y buscas tu primer trabajo, es tu activo más fuerte, enumera tus logros académicos.
3. Examina la descripción de la oferta. Cuando las empresas publican sus ofertas las descripciones de los puestos te están dando información respecto a los requisitos de experiencia, habilidades, formación,… Adapta tus descripciones a las suyas sincera y honradamente, sin maquillar el curriculum.
4. Añade información. Seguro que en la descripción de la oferta se enumeran habilidades o se especifica la experiencia. Agrega datos o links que los avalen.
Además de esto, hay que conseguir que el ATS entienda el contenido, para lo que es importante ajustarnos a algunas cuestiones que nos recomiendan los profesionales del sector:
- Nombra los apartados en formato estándar: datos personales, extracto profesional, experiencia laboral, formación,…
- Datos personales: sólo en la primera página, no uses encabezado ni los repliques en el pie de página
- Extracto profesional: facilita la interpretación, si ya al principio encuentra las palabras que busca se esforzará en el interior, en la experiencia, procura que las palabras coincidan
- Experiencia laboral: Organiza en este orden el contenido, fecha de inicio y fin, nombre de la empresa seguida por las siglas de sociedad (“S.L”, “S.A”,…) y por último el puesto.
- Formación: separa la formación reglada (Universidad, Formación Profesional,..) de los cursos
- Formato: en Word pero descarta el uso de tablas y el curriculum en pdf, ambos le resulta ilegible y no leerá el contenido
- Fuente: las estándar son las que mejor funcionan (arial, tahoma o verdana)
- No lo actualices, renuévalo.
La búsqueda de empleo ya es digital. Si no nos adaptamos nos quedaremos fuera.
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